Landívar, proveniente de una familia acaudalada descendiente del conquistador español Bernal Díaz del Castillo, creció en un ambiente marcado de riqueza cultural.
Inició sus estudios en el Colegio Mayor Universitario de San Borja, ubicado en Santiago de los Caballeros. Más tarde, en 1746, por parte de la Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Borromeo se le otorgó el grado de Bachiller en Filosofía, aún sin cumplir quince años, y un año después obtuvo los grados de licenciado y maestro. De esta manera se familiarizó con las corrientes intelectuales europeas que predominaban en su momento.
En México ingresó en la orden religiosa de la Compañía de Jesús, ordenándose de sacerdote en 1755. Cuando volvió a su ciudad de origen se desempeñó como rector del Colegio San Borja.
A la razón de la llegada al poder del rey Carlos III en 1767, los jesuitas fueron expulsados de España y de las Indias (América), por lo que primero fueron acogidos en la isla de Córcega de la antaña República de Génova, sin embargo un año después la isla cayó bajo el poder francés en donde la orden jesuita estaba prohibida desde 1762. Así, a pesar de la reticencia del papa Clemente XIII, fueron admitidos en los Estados Pontificios localizados en la península itálica, por lo que vivieron de una exigua pensión que les asignó el rey Carlos III proveniente de la venta de algunos de sus bienes.
Por su parte, Rafael Landívar junto con otros jesuitas guatemaltecos, se marcharon primero a México y por último se instalaron en Bolonia, Italia. Allí, en 1781 publicó en latín su máxima obra Rusticatio Mexicana -por los campos de México- e incluso gozó de tanto éxito que fue reeditada al año siguiente.
La obra consta de 5348 versos que conforman quince libros y un apéndice, retratando con un estilo grecolatino pero casi científicamente, como si de una monografía se tratara, pero también con un hondo sentimiento lírico de nostalgia y melancolía, todo lo que concierne a la riqueza de Guatemala y América: su flora, fauna, montañas, volcanes, sociedad, juegos populares, juego de pelota e incluso crítica social y política de su tiempo, opresión colonial y explotación de los pueblos indígenas.
La visión científica en su obra lo convierten en un precursor de la botánica y de la zoología de la región, y sociológicamente hablando de la conciencia social en la literatura latinoamericana.
Lastimosamente, el poeta Rafael Landívar murió en el exilio en Bolonia el 27 de septiembre de 1793, pero en la actual Antigua Guatemala su memoria se encuentra inmortalmente homenajeado en el Monumento Rafael Landívar.
Movilizate a este punto usando